Como agua para chocolate
Editorial Debolsillo
No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña pero los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, si no todo el amor con que seas capaz de hacerlo. Sus platos no solo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tri steza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba. Lau ra Esquivel conquistó el parnaso de la literatura hace veinticinco años a través de esta alegoría que vincula con maestría los sen timientos y los elementos culinarios. Una novela universal, un clásico del imaginario colectivo.