La vieja derecha fue incapaz de hacerse cargo de los nuevos problemas sociales, políticos y económicos de Chile. Está completamente asediada, sorprendida, desactualizada y derrotada culturalmente. Los aplastantes fracasos electorales del 2021, fueron precedidos por años de intentos por “hacer propias” las banderas del progresismo con tal de “subirse a los nuevos tiempos”. La Libertad, la Familia y el Estado de Derecho quedaron huérfanas de defensores.
Chile requiere de la articulación de un nuevo proyecto político que desafíe al consenso progresista dominante. La Ruta Republicana busca entregar las bases del contenido de política pública que este cambio de ciclo demanda.